Paris, la Citè de mes decèptions (II)

lunes, 11 de agosto de 2008


Por momentos el cielo se tornaba gris y una ligeria lluvia caía sobre nosotras. Cerca del hotel, estaba la parada de L'Open Tour, un bus para turistas con audifonos, del mismo tipo que el de Londres. Incluía también el viaje en bote por el Río Senna.
Nuestra primera parada fue el Museo D'Orsay. Si bien el Museo Louvre está al "cruzar" la calle, decidimos entrar al D'Orsay para admirar las pinturas de Monet, Manet, Degas, Renoir, Van Gogh, entre otros. El tiempo se pasa volando cuando se está en un museo. Bueno, por lo menos a mí eso me pasa. Después de almorzar-cenar dentro del museo, decidimos tomar el tour por el Senna, nuestro destino: La Torre Eiffel.
El tour fue por demás encantador.



Paris arquitectónicamente es muy linda. Nuestro Bateux era muy bonito, con la cubierta de cristal que dejaba ver cada rincon de Paris. Fue una hora de viaje en un paisaje que motiva a reflexionar y a sentirse reconectado con uno mismo.
Mientras transcurría mi viaje en bote, me sorprendió ver que la famosa Catedral de Notre Dame es pequeña, pero puedo imaginar lo imponente que sería para inspirar a Victor Hugo a Escribir su famosa obra: El Jorobado de Notre Dame, allá por el siglo XIX.
Estaba absorta en mis pensamientos cuando, en medio de un bello atardecer Parisino, de repente aparece el ícono más famoso de Francia, iluminado y simplemente espectacular. Bueno, realmente para ese entonces eran como las 21:00 hrs, ¡y apenas está anocheciendo!
Subimos a la 2da plataforma de la torre sin ningún problema, tengo en mi mente el mensaje en las puertas del elevador de la torre: ¡Cuidado con los carteristas! Yo iba abrazando mi morral. La vista era única: Paris de Noche!!! Había fiesta en el Campo de Marte, no entendía bien qué era, pero parecía que habían hecho unos ejercicios de paracaidismo y se juntaron allí para recibirlos. Era una algarabía total. Al bajar la torre y enfilarnos hacia la parada más próxima del metro pude ver a los parisinos cantando, bebiendo vino, alegres; así como el espectáculo de luces de la Torre Eiffel.
En casi toda Europa, el 21 de junio se celebra el solsticio de verano, y Paris no es la excepción. Pude observar como en muchos puntos de la ciudad estaban preparando escenarios para conciertos. El metro también es gratis ese día y circula las 24 horas. PERO, un día antes de la festividad, el Metro deja de circular a media noche, no a las 3 a.m. como es constumbre. Cómo no alcanzamos el metro, decidimos tomar algo en uno de esos tipicos cafe-bar. El mesero, quién afortunadamente hablaba español, nos indicó que enfrente podíamos tomar un taxi SIN ningún problema. ¡¡ajá!!!
Salimos de el bar (bueno, nos echaron, que resulta que Paris también tiene ley seca y todo se termina a las 2:00 a.m. y te empiezan a desalojar media hora antes, como en Guatemala) y allí empieza mi calvario para tomar un pinche taxi. Había un lugar para llamar a el taxi, apretaba y apretaba el botón, y ninguna persona respondía. Cada taxi que pasaba era una esperanza, que se desvanecía cuando no paraba. Los taxis llevan unas luces en la parte de arriba que indican si están ocupados o están disponibles. Absolutamente todos tenían el foco encendido en "ocupado". Los pocos taxis que pararon, me dejaban hablando sola cuando se daban cuenta que NO hablaba el fucking french. ¡se iban, así nada más! y mi frustración y ansiedad iban creciendo cada vez más.
Casi al mismo tiempo que empezó mi "aventura" por buscar un taxi, pude divisar a un par de muchachos en bicicleta que charlaban, por un momento decidí que iba a hablar con ellos, pero fui detenida, con la esperanza de que pronto iba a parar un taxi que nos llevara de regreso al hotel. Al cabo de un poco más de una hora mi desesperación era tal, que decidí irle a hablar a los muchachos que seguían allí conversando. Ninguno de los dos hablaba español y sólo uno hablaba inglés. Después de relatarle lo sucedido, me preguntó para dónde iba, le dije: "a la Bastille" "uf! lejos!", dijo. Por un instante me pasó por la cabeza el regresar caminando al hotel, mapa en mano, pero al ver la distancia descomunal que había desde nos encontrabamos hasta nuestro hotel, la idea se fue como llegó. El muchacho, paró un taxi, le habló en francés, le dijo que eramos tres y el destino final era La Bastilla, y en eso las palabras mágicas: "go! that is your taxi!" ¡Ya lo B-E-S-A-B-A!!! HORA Y MEDIA después ibamos camino al hotel. Sólo dormiríamos 3 horas, ya que al día siguiente nuestros destinos eran varios y la distancia entre Paris y nuestro aeropuerto Beuveais era mayor que la que habían entre Londres y Luton.
Mis planes era pasar la fiesta del solsticio de verano en Venecia. ¡Qué lejos iba yo a saber que mis planes, ni remotamente se iban a cumplir!!
NOTA: Todas las fotos las tomé yo en mi viaje. Pero si les gustan las pueden copiar, sólo dejen el link de dónde las obtuvieron.

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