Primera Estación: Alemania

viernes, 4 de julio de 2008


Eran las 14:30 horas en Frankfurt, mientras que en Guatemala eran las 06:30 horas, llevaba 24 horas sin dormir, pero la ansiedad y la emoción hicieron soportable el cambio de horario y el cansancio del viaje. La verdad, es que ni siquiera sentí el cambio de horario. El estereotipo de que los alemanes son personas frías y racistas se fue disipando poco a poco. Claro, ayuda mucho tener amigos alemanes que sepan hablar español y/o inglés.
Münster, nuestra primera parada en Alemania, es una ciudad relativamente pequeña, llena de historia, de bicicletas y de gente joven, localizada en el Norte de Westfalia. Es una ciudad de estudiantes, ya que allí se encuentra una de las más importantes universidades de la región : La Universidad de Münster que en Alemán sería: Westfälische Wilhelms-Universität (Gracias Wikipedia). En ésta Universidad impartió clases de Teología el actual Papa Benedicto XVI. Tuve la oportunidad de conocerla y a su excelente jardín botánico. Según me contaron mis guías turisticos: La Canche y Tobias, la Universidad está situada en un antiguo castillo, utilizado en el tiempo de la monarquía alemana como “casa de verano”. ¡Casa de Verano!, ¿¡y hay verano pue?! ¡Si aquí no conocen el sol en todo su esplendor! Pobre mente que piensa que todos los veranos son como los de mi tierra!! Pobres tropicales que vamos a otros rumbos sólo a cagarnos del frío… ¡¡en pleno “verano”!!
Pero no era el puro verano, que según cuentan (porque yo no lo viví), SI hace calor. Era digamos, la primavera. La temperatura era de aproximadamente 8ºC en el día y descendía en la noche, con algunas lluvias. Pero podía ver a aleman@s casi empelotados disfrutando de los “rayos” del sol. ¡¡No quise ni imaginar la crudeza de los inviernos!!
Münster se siente orgullosa de sus colores. Desde finales de abril, todas las personas se preparan para sembrar sus jardines con flores multicolores. Hay flores por todos lados, es un espectáculo tan alegre a la vista que pronto se olvida el frío que hay. El gusto de ver sus florecitas les dura tan sólo 5 meses al año (y nosotros que ni cuidamos nuestra “Eterna Primavera”, que triste).
El centro de la ciudad, con casas de más de 400 años, muchas son con techos bajos y les recuerdan que en algún tiempo ellos fueron chaparros (¡Tenemos esperanzas de éste lado!) Allí es dónde se centra la vida nocturna con muchos bares, muchas clases de cerveza, lugares que hacen su propia cerveza (deliciosa por cierto!!). En el día, carritos de Salchichas del tamaño de tu hambre, todas deliciosas, yo las prefiero con mostaza. Calles llenas de almacenes, la gente comprando, caminando… pero siempre con cuidado de no andar por los ladrillos rojos q pueden ser vilmente atropelladas por alguna de las miles de bicicletas que transitan. Creo que en ese aspecto al principio era obvio que éramos turistas, como dirían en mi familia “¡puras nitas!”
Por lo menos en esa ciudad, me pude dar cuenta que todo lo que se refiere a la cultura latinoamericana les encanta. Muchos hablan español (y no inglés) y los que no han conocido esta parte del planeta se mueren por venir.
Si, el estereotipo que tenía de los alemanes se vino abajo. Son gente seria, pero amigable. Puntualísimos, ordenados (dos factores que no pude dejar de comparar con los otros países que visite en mi viaje). Siempre a la vanguardia en tecnología (hasta en los baños!! (suspiro) que gusto daba… ), sobretodo LIMPIOS; en fin, quede encantada con ésta ciudad… y ¡Volveréeee, volveréeee!

Siguieeeeente paradaaaaaaa: Köln.

P.D.: NO recomiendo la cerveza con sabor a Tequila… y ni siquiera intenten pedir una “Cimarrona”, ya que no conocen el jugo de limón. Ni las limonadas ni las naranjadas, ni, ni… jajaja ¡regresáte a tu pueblo!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

JAJAJA!!! Gracias por el tip sobre que chupes o bebidas hay que probar en Alemania! Me alegro que te la hayas pasado bien y manteneme al tanto cuando pongas mas fotos tambien! Un abrazooo!!! x
Cynthia

Ale R. dijo...

Que bonito Wicha, ya me dieron ganas de ir! Pero sabes cuando...mmmm......Seguro cuando mi Valentina se haya casado, ja, ja.

Ale.

BC dijo...

Yo también me muero por conocer! A mí también me habían hablado de la fascinación de los alemanes por la cultura latinoamericana, incluso me decían que hay varios "clubs" o bares donde se baila salsa, y que podés encontar a alemanes (con pinta nórdica y todo) bailando perfectamente, cual cubanos en su tierra.
bonito relato!!