Bitácora del Río: El Tour I

miércoles, 16 de abril de 2008

Después de un reparador sueño, por primera vez no me costó la levantada de madrugada. Los pajarillos se podían escuchar, el sol brillaba tenuemente, el río estaba tan apacible y se respiraba un aire diferente. Al menos a mí, así me lo pareció.
Estaba algo ansiosa por la llegada de otros amigos que debían cruzar el río en lancha hasta la casa, antes que llegara la lancha del tour. Cuando llegaron los recibí en el muelle con mi alegría característica: "Welcome to the Sweet River" y pensando "¡que bueno que llegaron a tiempo!". Después de la acomodada respectiva en sus suites, sólo quedaba la espera del lanchero del tour.
Don Arnulfo, que así se llamaba, llegó media hora antes de lo previsto. A las 9:00 horas zarpamos. Cómo habían personas que no habían ido nunca por esos parajes, primero fuimos a ver el Castillo de San Felipe, una mini fortaleza que defendía el lugar de piratas y corsarios.
Hace algunos años conocí el Castillo de San Felipe y fue después de ir a Cuba y conocer el Castillo Del Morro. Fue inevitable hacer la comparación de tamaño de ambos Castillos. En resumen el del Morro es como unas 50 veces más grande. Pero el nuestro es simplemente encantador. Todo en miniatura, cómo los que vinieron a conquistar. "He allí el por qué, los guatemaltecos somos "tan" altos" dijo alguien.
De allí enfilamos rumbo a 7 altares. Recuerdo que la primera vez que vi el golfete, que es la parte más ancha del Río (le calculamos unos 3 Km de ancho) fue realmente impresionante.
Las "leyes de navegación" por el Río Dulce y el Lago de Izabal son estrictas para los que llevan turistas. Todos debiamos tener nuestro chaleco salvavidas. A pesar de llevar chaleco, unas amigas que no sabían nadar pegaban semejantes alaridos cada vez que la lancha pasaba por olas que otras embarcaciones dejaban a su paso. Realmente llegó un momento en que me desesperaron sus griterios, ya que rompian con la tranquilidad que habitaba en mi mente al ir sobre el agua y ver tremenda creación de la naturaleza.
Mi parte favorita es lo que llaman "El Cañon". Tiene una vegetación tan tupida y tan variada que realmente es un escenario magnifico. Tiene cavernas en las cuales caen cataratas de bejucos, lianas y helechos. Los nacimientos de agua mineral abundan y los lugareños llenan sus garrafones para su uso personal, ya que dicen que es pura. Me alegró ver que la depredación es mínima, aunque hay algunas comunidades que no son originarias de allí que se han apropiado de las tierras porque dicen "que les pertenecen por herencia ancestral". Realmente no sé, por que no me he tomado el tiempo de investigar, si cuando vinieron los españoles y fundaron el Castillo de San Felipe y Puerto Barrios habían comunidades indígenas establecidas allí.
Según Don Arnulfo, son personas que ni siquiera han nacido en Izabal y que se han apropiado de buena parte de la región para depredarla.
Por esa razón se quedó (otra vez) frustrada mi intención de conocer el Biotopo Chocon Machacas, ya que hace como un mes hubo un incidente internacional en dónde personas, sin calificativo adecuado para este blog, querían presionar al gobierno central para liberar a su corrupto líder y apropiarse "legalmente" (según ellos) de Chocón Machacas. Realmente estoy indignada, ya que esas comunidades solo sirven para dañar al ecosistema del lugar y vilmente le quitaron el control del Biotopo a la Universidad de San Carlos. Me indigna que lucren con algo tan frágil y que el Gobierno no tome cartas en el asunto para evitar que un área protegida caiga en manos inescrupulosas (pero de ese tema hay mucha tela q cortar, y mejor lo dejo aquí).
La aventura de pasar el mar en lancha fue buenísima, me dí cuenta que me encanta la emoción semi fuerte (jajaja). Al fin llegamos a 7 altares. Después de una chelita pa el calor, empezamos a subir las pozas. Yo iba como aquellos trailers cargadísimos en la carretera de un sólo carril en subida, lentísimo. El camino era super empedrado, llevaba chanclas playeras, sentía que me iba a esguinzar de nuevo mis tobillos, total que media hora después (el tiempo estimado por los lugareños es de 10 minutos) llegue a la poza No. 7, la más bonita... pero cuando es invierno.
Despues de chapotear por una hora en las pozas y sabiendo que me iba a tardar como media hora más para bajar decidimos regresar.

De regreso el mar estaba mucho más picado. Pude ver en algunos la cara de angustia de pensar que ibamos a dar vuelta. Jejeje para mí fue más emocionante todavía. Por supuesto... con chaleco.

2 comentarios:

Pablo dijo...

Para que no peguen gritos las chavas, la próxima hay que llevar a Leonardo Di Caprio, que se ponga como en Titanic jajajajaja....

...en relación al ingomio, janano y sobretodo presidente electo de guate, pues quizá si organizamos una excursión a Totonicapán, y compramos un canasto de pan de yemas y se lo regalamos...

...aunque quizá la nodriza, señora que no fue a trapear el palacio, sino a llevarselo a su casa, nos regaña y el jananito se puede enojar...

Unknown dijo...

Lo de Chocon Machacas si que mala onda por que yo también queria ir. Lo de las gritonas que no aguantan nada, pues yo ni oi que me quede dormido, bonito estaba el paisaje para pintura o para rompecabezas de esos de más de mil piezas imaginate... puro azul del agua y verde de la vegetación. Siete altares estuvo buenisimo pero de ver tanto jute me dieron ganas de caldo y lo de la bajada o subida en piedras (sniff) yo perdi mis "flip flops" en una de tantas. Bonito niña... muy bonito.